La elegante artemisa y los delicados acordes de bergamota y madera de gaiac se complementan a la perfección e irradian armonía. La niebla de la mañana levanta lentamente sus alas del suelo. Los primeros rayos del sol calientan suavemente la costa. Las fragantes nueces de cedro y el ládano, acurrucadas junto a las hierbas, comienzan a esparcir su aroma vigorizante.